Detrás de la magia: ¿Cómo se hacen los cómics?

¡Qué pregunta! Normalmente esto da como para varias clases en un curso muy largo sobre narrativa, ilustración, guión, etc. etc. Pero, hoy me siento generoso, y voy a intentar resumirlo en un par de puntos clave, que en otro futuro desarrollaré con más calma.

Lo primero de todo es no olvidarse que el cómic es mitad escritura, mitad ilustración. Cada artista puede empezar con una u otra mitad a la hora de crear un cómic. En lo personal, creo que lo más importante es tener una historia, un mensaje, algo que contar o narrar. Es a raíz de tener una idea general de la historia o mensaje, dónde comienza el proceso para crear un cómic.

Se desarrolla el guión. Puede ser más o menos detallado, depende si trabajas con otras personas, pero por lo general, cuanto más específico seas o más tiempo le dediques a escribir la historia, podrás trabajar mejor los detalles y crear una historia redonda y muy completa. Una vez tenemos este texto, hay que ponerse con el apartado más crucial del proceso.

Los bocetos. De todo en general. En los detalles está la diferencia entre un cómic y un gran cómic, son las horas de trabajo en diseñar los personajes, agregar detalles e ideas para crear escenarios y personajes únicos los que hacen que un cómic sea memorable. Normalmente se empieza trabajando en los diseños de los personajes, el escenario y alguna que otra escena importante para la trama. Tras eso, comenzamos a bocetar con tantos pasos como sea necesarios las hojas del cómic. Podemos empezar con las viñetas, bocetos muy feos y poco claros, pero que nos sirven para ver la acción desarrollada y dónde ubicar los diálogos. Luego redibujar estas páginas en otro boceto más detallado, que nos sirva como plantilla para poder pasar al dibujo final por encima. Hay que aclarar que depende del soporte en el que trabajes, pues unos pasos serán más fáciles, difíciles o directamente imposibles, pero depende de tu creatividad encontrar la mejor manera para crear bocetos que puedas usar como guía para tu cómics. Solo con la experimentación encontrarás la respuesta.

¡A dibujar! Usa el estilo que más te guste, explora y prueba nuevas cosas siempre que puedas, nunca sabes lo que vas a descubrir. Da igual si usas una tablet o papel y lápiz, este proceso consiste en dibujar la página hasta que el acabado sea casi perfecto. Los que trabajan con soporte digital pueden dejar los diálogos para el final, ya que es más fácil agregarlos después, pero los que dibujan a mano tienen que tenerlo en cuenta mientras terminan los dibujos para agregarlos en la hoja misma. O hacer una mezcla y dibujar a mano y agregar los diálogos en ordenador, las opciones son infinitas.

Y… creo que ya estaría. El cómic en sí ya está terminado, pero hay varios pasos posteriores para asegurarnos de que el cómic sea lo más chulo posible. Lo primero es la gramática. Gramática. ¡Gramática! Que a nadie se le olvide revisar todos los diálogos y textos, porque no queremos cometer ningún horror gramatical y hacer enfadar a nuestros profes de Lengua, pero es que tener los diálogos perfectos es la clave para que el lector pueda disfrutar de la historia sin ningún problema. Otro aspecto a tener en cuenta, sobretodo para los que trabajan en soportes digitales, es considerar el tamaño de los textos y las imágenes que usamos. Podemos hacer pruebas imprimiendo páginas en blanco y negro para ver el tamaño de los textos y asegurarnos de que sea legible. Que no se necesite un microscopio para leer los diálogos, vamos.

Luego, toca recoger notas, opiniones e ideas de nuestro entorno para ir mejorando poco a poco. Y atención, porque voy a soltar el consejo más importante de esta biblia de texto que estoy escribiendo:

La práctica hace al maestro, y la mejor manera de practicar, es hacer muchos cómics. ¡Muchísimos! No te rindas por hacer uno o varios cómics algo flojos o que no acaban de gustar, ahora que lo has acabado, sabes mucho más que antes, y tienes más ideas que antes para hacer un cómic aún mejor. Pueden ser cortos, largos, complejos, simples, divertidos, aburridos, pero si terminas un cómic, el siguiente será mejor. Creeme.

Y eso sería todo, por fin puedo volver a dibujar cómics, que de tanto escribir, voy a acabar volviéndome un autor de libros y no de cómics. Nunca dejéis de dibujar y no tengáis miedo a experimentar con cada loca idea que os surja. Así nacen los mejores cómics.